¿Qué es un episodio maníaco?

 

Un episodio maníaco se define como un período prolongado de emoción anormalmente alta o irritable, pensamientos acelerados, movimientos nerviosos, irritabilidad, insomnio y muchos otros comportamientos extremos e inusuales. Las personas que tienen episodios maníacos se describen comúnmente como hiperactivas, irritables, extremadamente conversadoras, fácilmente agitadas, irritables, deprimidas, irritables y con problemas de concentración. Las personas también pueden experimentar alucinaciones, delirios y episodios psicóticos, lo que significa una ruptura con la realidad.

Las personas con trastorno bipolar también pueden presentar síntomas similares a los de la esquizofrenia

Pueden mostrar pensamientos paranoicos y miedo, además de tener alucinaciones. Algunas de las alucinaciones más comunes son delirios, alucinaciones o delirios que no se parecen a nada que estén escuchando o viendo. Incluyen alucinaciones auditivas (alucinaciones), alucinaciones visuales (ver cosas que no son), delirios de persecución y delirios de grandeza.

Las personas con episodios maníacos a menudo experimentan episodios psicóticos como alucinaciones, delirios o psicosis. Los síntomas de la psicosis son similares a los de la esquizofrenia, pero suelen ser mucho peores. Las personas con este trastorno sufren alucinaciones, megalomanía o psicosis y experimentan extrañas ilusiones que pueden provocar ataques físicos.

Los episodios maníacos pueden durar desde varias semanas hasta meses. Por lo general, afectarán la vida social y profesional de una persona y provocarán trastornos importantes en su vida diaria.

Se desconoce la causa del trastorno bipolar. Se cree que ocurre cuando un desequilibrio químico en el cerebro provoca un cambio en el pensamiento de una persona. Este cambio de pensamiento se produce en respuesta a diversas situaciones a las que se enfrenta una persona, pero se desconocen las razones exactas de esto. La mayoría de los expertos creen que los episodios maníacos tienen una base biológica.

Ciertos medicamentos pueden causar un episodio maníaco, como los antidepresivos, estimulantes y muchos medicamentos para la ansiedad. Sin embargo, se cree que ciertos químicos en el cuerpo también pueden desencadenar una convulsión. Esto incluye sustancias dietéticas, medicamentos y estrés. Algunas de estas sustancias químicas hacen que el cuerpo libere ciertas hormonas, que pueden desencadenar la liberación de ciertas sustancias químicas, lo que puede provocar un episodio maníaco.

 

También hay ciertos síntomas que pueden ocurrir durante un episodio maníaco. Estos síntomas incluyen: conversación excesiva, aumento de los niveles de energía, optimismo extremo, sentimiento de culpa, irritabilidad, aumento de la actividad, hablar sobre la muerte o el suicidio, pensamientos acelerados y emociones aceleradas, insomnio, incapacidad para dormir, frecuencia cardíaca acelerada, alegría extrema y felicidad, sentir que no puede controlar su cuerpo, volverse adicto a las drogas y el alcohol, o agitarse fácilmente. Algunos de estos síntomas pueden durar poco tiempo o durar días o meses, mientras que otros pueden durar semanas.

Si usted o alguien que conoce experimenta alguno de estos síntomas, es importante que busque tratamiento y obtenga ayuda. También es importante aprender a identificar y tratar los síntomas para que pueda manejar y controlar sus episodios.

Los síntomas de un episodio maníaco incluyen: estados de ánimo elevados, habla rápida, aumento de la energía, pensamientos acelerados, aumento de la necesidad de dormir y euforia. Si sospecha que está experimentando algunos de los síntomas de un episodio maníaco, consulte a su médico para una evaluación médica. Un psiquiatra o psicólogo puede ayudarlo a determinar si está teniendo un episodio y qué pasos debe tomar para ayudarlo con su trastorno.

El trastorno bipolar se puede tratar de diferentes formas. Una de las formas más comunes de controlar el trastorno es el uso de antidepresivos. Muchos medicamentos pueden ayudarlo a controlar los síntomas de la afección. Sin embargo, es importante recordar que la medicación por sí sola no es una cura.

La medicación se utiliza principalmente como un medio para prevenir las recurrencias del episodio en lugar de curar realmente el trastorno. A veces, se utilizan medicamentos para algunas personas. Puede ser muy difícil vivir con esta afección porque los medicamentos pueden causar efectos secundarios, que pueden incluir cambios de humor. Algunas personas han tenido éxito con el uso de antidepresivos, lo que puede provocar una reducción del uso de medicamentos recetados.

El mejor tratamiento es una combinación de medicamentos, terapia y cambios en el estilo de vida. Cuando se usan juntos, la terapia y la medicación pueden ayudar a mejorar los síntomas físicos y emocionales asociados con el trastorno bipolar.